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Ella tenía 42 años, se enamoró de un amigo de su hija de 23 y cumplió el sueño de casarse de blanco

Silvia Salsamendi vivió una vida llena de desamores hasta que se enamoró del amigo de su hija que era 19 años menor que ella, algo que muchos considerarían una desfachatez.

La historia de Silvia y su ahora esposo Pablo Ortiz fue muy conocida en Argentina, y demostró que las formas del amor son infinitas y que pueden sobrepasar las costumbres y los pensamientos sociales.

Silvia nació en 1962 y vivió en una familia donde el machismo abundaba, siendo la segunda de cuatro hermanos. Estuvo enamorada del amigo de su tío en silencio, por lo que dejó de comer y terminó sufriendo de anorexia.

Luego de un tiempo, Silvia se enamoró de un joven llamado Luis, pero su padre se opuso a la relación y fue enviada a Tucumán a la casa de su abuela. La joven rebelde inventó estar embarazada para ser devuelta a su casa.

Al llegar, su familia la juzgó por su conducta: "Me dijeron puta, que era un mal ejemplo para el resto, que tenía que acatar las normas o irme. Me fui a pasar una noche a la casa de una tía y, después, me instalé en la casa de mi novio con mis suegros que vivían en la portería de un edificio. ¡Eran unos suegros bárbaros! Busqué trabajo con la ayuda de mi suegra Elvira y empecé en una boutique de unos coreanos que me tomaron cariño. Al tiempo, se nos metió en la cabeza que nos queríamos casar. Pero yo era menor de edad… necesitaba el permiso de mis padres. Finalmente, a regañadientes, mi papá me lo dio". Al tiempo se casaron y el 22 de febrero de 1983 nació Sebastián, su primer hijo.

Cuando Luis comenzó a trabajar en un mejor lugar, Silvia decidió dejar el trabajo para atender a su hijo. "Fue mi gran error. Yo, que nunca había querido depender de un hombre como había hecho mi madre, terminé dependiendo en forma total. Nos mudamos a una casa en Villa Pueyrredón con patio y terraza para Sebastián. Lo cierto es que Luis se fue mostrando cada vez más posesivo", declaró Silvia. Su segunda hija nació el 28 de enero de 1987.

"Luis conmigo era buenísimo, hacía todo por mí. Pero estaba obsesionado y era muy celoso. Se ocupaba de todo y ¡hasta me lavaba el pelo! Me cansé y empecé a sentirme agobiada. Tenía ganas de tener otra vida", reveló.

Cuando Silvia comenzó a estudia abogacía, su hija Brenda ya tenía dos años. Pero ocurrió un imprevisto: "Cuando me van a hacer todos los análisis para la Universidad, escuché que el médico le dice al radiólogo: ‘Placa a ella no porque está embarazada’. No me venía la menstruación desde hacía tres meses y yo pensaba que era por estrés". El 19 de octubre de 1989 nació Giuliana Noelia, a la que siempre le dijeron Yuli.

Un día su tío y el amigo de su tío del que siempre estuvo enamorada fueron a visitarla. "Fue una sorpresa. Yo le conté que de adolescente había estado enamorada de él y nos reímos mucho. Un día me buscó a la facultad. Lamentablemente sucumbí y nos hicimos amantes", admite Silvia.

Luego de cuatro años de llevar una doble vida, decidió dejar a su esposo y a su amante. En 1994 se graduó de abogada y comenzó a disfrutar la vida.

Tuvo una aventura con el amigo de su hermano, que era cuatro años menor que ella. "Me hice un test…estaba embarazada. Yo no quería decirle, ¡habíamos salido muy poco! Al final, lo llamé y se lo conté. Manuel me respondió: ‘¿Qué piensas hacer?’ Yo le dije que lo quería tener, pero que bajo mi responsabilidad. Y él entonces respondió: ‘Está bien, tengámoslo porque yo te amo’".

Se mudaron juntos y el 12 de enero de 1997 nació el cuarto hijo de Silvia al que llamaron Juan Manuel.

Su hija Yuli comenzó a sentirme mal en octubre de 2001. Fue llevada al médico en varias ocasiones, pero nunca le dijeron a ciencia cierta que tenía la niña. Luego de ser internada en noviembre de ese año, Yuli falleció.

"Después con la autopsia supimos que tenía los pulmones inundados de sangre y que lo que había tenido era un síndrome autoinmune neumorenal llamado Goodpasture", contó.

En el año 2003 estando llena de dolor por la muerte de su hija, conoció finalmente a quien sería el amor de su vida. "Pablo, era amigo de mi hija Brenda. Iba a mi estudio, que en ese momento estaba en la calle Paraguay, cerca de la Facultad de Medicina. Brenda venía con su pelo rosa y Pablito llegaba vestido como alguien grande y solo tenía 19 años. Era muy serio y formal".

En el momento que ambos comenzaron a tener conversaciones interminables, Silvia estaba esperando a su quinto hijo. Martín nació en 2005.

En 2006, Pablo y Silvia tuvieron una noche de pasión. "Yo me dije: bueno puedo tener una aventura de una noche para sentirme viva. Terminamos en un hotel. Yo tenía 42 y él 23. Esa noche lloré en sus brazos… y me di cuenta de que estaba profundamente enamorada de un imposible".

Después de varios contratiempos, la pareja decidió arriesgarse y contarles a todos de su relación clandestina. Aunque muchos se opusieron, el noviazgo perduró y luego de cuatro años de estar juntos, la pareja se casó por civil y por la iglesia.

Silvia con 47 años y Pablo con 28 años dijeron "Si quiero" el 17 de abril de 2010 en la parroquia Jesús Misericordioso en Altos de José C. Paz.



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