El macabro chat de los adolescentes imputados en el caso de un menor que murió calcinado
El cuerpo sin vida de Nicolás Alezander Cernadas, de 13 años, apareció calcinado en un descampado de Mariano Acosta. Lo pudieron identificar casi 24 horas después de su hallazgo. Fueron claves sus zapatillas y una remera de color claro que resistieron la voracidad del fuego. Hay dos menores, de 14 y 16 años, imputados por el macabro asesinato. Uno quedó preso ayer luego que su propia madre lo entrega a la policía. El otro, con antecedentes penales por robo a mano armada, también se entregó.
Los investigadores sospechan que le quitaron la vida al menor por placer, donde también no descartan el bullying. Ambos menores involucrados intercambiaron mensajes de texto y audio a través de la red social Instagram contando lo que habían hecho y tramaban fugarse hacia la localidad de Florencio Varela.
"Lo encontraron en la zona donde lo dejamos", le envió uno de los menores a su socio. "Nooo. LPMM. Ya está cagamos", responde enseguida. La secuencia de intercambio de mensajes se inicia con capturas de pantalla de la señal de cable Crónica que le estaba dando cobertura en vivo al hallazgo sin vida del cuerpo de Nícolas Cernadas. Hasta ese momento, nadie había identificado el cuerpo.
"Yo ando rre con la cabeza a full x lo de ayer", escribe uno de los menores ahora detenida. La respuesta del otro menor involucrado es inmediata: "Ya se amigo. Pero, queda el cargo de conciencia igual. Lo hicimos verga". La fiscal de menores Aldana Zingg logró acceder a los mensajes de voz y texto entre ambos menores y en ellos se centra la principal prueba contra los asesinos.
"Corte yo me voy a vivir a (Florencio) Varela. Corte porque sé que allá si me encuentra la gorra allá me puedo agarrar a los tiros tranquilamente porque están todos mis compa", le manda en un mensaje de voz el menor de 16 años el martes a la tarde cuando ya se había identificado el cuerpo de Nicolas.
Pese a que se trata de un homicidio con alevosía, los imputados, ambos menores de edad, no serán detenidos en una cárcel y serán alojados en un Instituto de Menores de la Provincia de Buenos Aires. El crimen vuelve a poner en debate la ley de inmutabilidad en el país.