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Declaró la médica que asistió a Fernando Báez Sosa tras al ataque de los rugbiers

Carolina Garibaldi Larrosa, la mujer que integró el grupo de emergencia médica y que asistió al joven minutos después del ataque, describió el cuadro de salud de la víctima.

Fernando Báez Sosa fue brutalmente asesinado en una patota a la salida del boliche "Le Brique", de la localidad de Villa Gesell. Los intensos golpes recibidos por un grupo de rugbiers sentenciaron, prácticamente en el instante, la vida del joven, y así lo reconoció Carolina Garibaldi Larrosa, la médica que lo asistió en la madrugada del 18 de enero del 2020: "no tenía posibilidad de sobrevida".

En la continuidad del juicio que involucra a los imputados Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23); y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23); la mujer que asistió de emergencia al joven detalló los severos golpes recibidos aquella fatídica madrugada.

"Tenía varios hematomas en su rostro, pupilas midriáticas (dilatadas), no tenía reflejos, ni movimientos respiratorios, y no tenía pulso", declaró Garibaldi Larrosa en el banco de testigos esta mañana, ante la atenta mirada de los magistrados que integran el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Dolores.

La médica que asistió de emergencia a Fernando, cuando éste se encontraba tirado en el suelo tras los fuertes impactos recibidos, sostuvo que en el momento ya "había fallecido", y que "no tenía ningún signo vital". "No tenía posibilidad de sobrevida", sentenció la especialista, quien ratificó que la víctima contaba con "hematomas" en áreas vitales como "cara y cuello".

Carolina Garibaldi Larrosa despegó de la causa a Virginia Pérez Antonelli, la joven que intentó salvar a Fernando practicándole reanimación cardiopulmonar (RCP) y que la defensa de los imputados puso en tela de juicio el accionar de la chica. "Lamentablemente falleció de un derrame cerebral masivo producto de traumatismos y no por un RCP mal hecho", declaró la profesional.

Otro de los testimonios valiosos en la causa fue la del médico de Policía Científica, Diego Duarte, quien describió la magnitud de las lesiones que sufrió Fernando como parte de las pruebas para inculpar a los ocho rugbiers involucrados. El especialista sostuvo que el joven falleció a causa de "múltiples lesiones en la zona del maxilar derecho" , "hemorragia en el cerebro y cerebelo"  y "hemorragias y hematomas". 

Vale destacar que en el momento de la descripción de los hechos y de las severas consecuencias producto de los golpes, Graciela Sosa y Silvino Báez, padres de Fernando, se retiraron de la sala compungidos para no escuchar el martirio que su hijo sufrió, la noche del 18 de enero del 2020. El TOC 1 desestimó el pedido de Hugo Tomei -abogado de los acusados- de exhibir las fotografías del cuerpo de Fernando tomadas por Duarte en el sanatorio al que fue enviado antes de la correspondiente autopsia.

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