El multimillonario plan de Japón para que las parejas tengan más hijos
Es "ahora o nunca", advirtió el primer ministro de Japón, refiriéndose a la brusca caída de la fertilidad en su país.
Fumio Kishida dijo hace unas semanas que su país está al borde de no poder funcionar como sociedad por la histórica baja en la tasa de natalidad: por primera vez en más de un siglo la cantidad de bebés nacidos en Japón cayó por debajo de los 800.000 el año pasado, según estimaciones oficiales.
Aunque la caída de los nacimientos es un fenómeno bastante extendido en países desarrollados, el problema es más grave para Japón, dado que la esperanza de vida ha aumentado en las últimas décadas, lo que significa que hay un número creciente de personas mayores y una cantidad cada vez menor de trabajadores para mantenerlos.
De hecho, Japón es el país con la población más anciana del mundo, después del pequeño Mónaco, según datos del Banco Mundial.
Frente a este problema, Kishida anunció que duplicará el gasto fiscal del gobierno destinado a programas que promueven la natalidad a través del apoyo a la crianza de los niños. Eso significa que el desembolso del gobierno aumentaría a cerca de un 4% del Producto Interno Bruto (PIB).
Actualmente la cantidad promedio de hijos que tiene una mujer japonesa es de 1,3, una de las menores tasas del mundo (la más baja la tiene Corea del Sur con 0,78).
Son muchas las causas de esta crisis demográfica. Algunas de ellas son comunes en los países desarrollados y otras son propias de la cultura japonesa. Entre ellas:
- desigualdades de género en el trabajo doméstico y el cuidado de los niños
- pequeños apartamentos en las grandes ciudades que no dan espacio a una familia extendida
- alto costo y fuertes presiones para que los niños lleguen a las mejores escuelas y universidades
- aumento del costo de vida
- mayor ingreso de mujeres a la fuerza laboral
- alta exigencia laboral y muy poco tiempo para dedicar a la crianza
- mujeres jóvenes más educadas que prefieren permanecer solteras y sin hijos
- retraso de la maternidad hasta una edad más avanzada, reduciendo la cantidad de años fértiles