La carrera por "la vacuna" y el reposicionamiento mundial
Finalizada la II Guerra Mundial en 1945, se inicia un nuevo periodo de tensión entre dos bloques antagónicos conocido como Guerra Fría. La superioridad armamentística de los líderes de los bloques EEUU (Capitalista) y Rusia (EX URSS) Comunista, escribió varias décadas de la historia mundial, porque fue una pulseada que buscaba contener la expansión del comunismo en Europa, que se encontraba en plena reconstrucción.
En 1990 este conflicto Este-Oeste termina con la caída del Muro de Berlin, la URSS se disuelve, y el sistema mundial identifica un mundo multipolar con centros de poder claramente diferenciados.
Hoy los recelos de la Guerra Fría emergen a flor de piel, con velocidad Rusia anuncia "el hallazgo científico" y Donald Trump sale a desacreditarlo.
Sucede que con la pandemia que puso en colapso los sistemas sanitarios y comerciales de los países del globo, con más de 20 millones de contagios, es claro que la vacuna es la muestra de la capacidad de gestión de los recursos tecnológicos aplicados a la medicina y cuya efectividad librarán al mundo del mal. Y de fondo resuenan las viejas pulseadas por la hegemonía y el reposicionamiento mundial.
En este esquema es loable la posición tradicional de neutralidad Argentina, para mantenerse al margen de estos conflictos y destacar felizmente la buena nueva de nuestro Presidente Alberto Fernández de producir una formula prometedora indicada por Oxford para distribuir en Latinoamérica, haciéndole llegar una Carta a su par ruso poniendo en valor la importancia de la solidaridad internacional.
En conclusión a no relajarse, a seguir cuidándonos con el distanciamiento social, y atentos que la carrera por la vacuna tiende a desempolvar un viejo conflicto que pretende ser ordenador del nuevo mundo al que estamos ingresando.
