Se entregó la conductora que atropelló y abandonó a un joven en Caucete| Ir a la nota...
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Audiencia

El policía sanjuanino que mató al camionero enfrenta a la Justicia

Ricardo Rodríguez Garay, enfrentó este lunes la audiencia de formalización por su presunta implicación en el fatal tiroteo que resultó en la muerte de Gastón Orihuela. 

El oficial de la Policía de San Juan, Ricardo Rodríguez Garay, enfrentó este lunes la audiencia de formalización por su presunta implicación en el fatal tiroteo que resultó en la muerte de Gastón Orihuela, durante una persecución en Valle Fértil el viernes pasado.

La audiencia, llevada a cabo pasadas las 11:30 horas, contó con la presencia de los fiscales Iván Grassi y Francisco Pizarro, quienes presentaron el caso ante la jueza de Garantías Flavia Allende.

Rodríguez, quien se presentó en la audiencia con calma, llevaba una férula en su brazo izquierdo debido a una lesión sufrida durante el incidente. El oficial está siendo representado legalmente por el penalista Martín Zuleta.

Acompañado por su familia en la sala de audiencias, quienes optaron por no hacer declaraciones a la prensa, se notaba la tensión entre ellos mientras se desarrollaba la audiencia. Las tres mujeres entrelazaron sus manos, mostrando signos de nerviosismo ante la situación.

Rodríguez escuchó el relato de uno de los fiscales casi sin hacer gestos, ni muecas. Excpeto cuando hacen mención a que le saca el arma a un compañero para seguir disparándole al camión y fue alló donde movió la cabeza como negando que eso fuera cierto.

Tras una breve charla con su letrado, Martín Zuleta, el acusado decidió dar su versión de los hechos.

"Lo único que yo intenté hacer en todo momento fue persuadir al conductor para que detuviera la marcha del rodado. Jamás, jamás, bajo ninguna circunstancia mi intensión fue causar la muerte. Lo único que estaba tratando es que detuviera la marcha", explicó Rodríguez.

Y agregó, "ese conductor ya no era una contravención era una resistencia y atentado a la autoridad, ya era un delito". Para cerrar dijo: "obré en lo que entendí era mi deber. Nunca recibí órdenes ni directivas porque el HT (el equipo de comunicación) estaba sin batería". Luego se quebró, pidió abrazar a su familia y lloró desconsoladamente.

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