Quién es el santo de las medias perdidas y cuál es su origen
Existe un día del año en el que se recuerda a las medias perdidas y que también tiene a un santo como referente. De quién se trata.
El día de las medias perdidas es una celebración que busca honrar a todas aquellas prendas de vestir que han quedado sin pareja en el cajón, en la lavadora o en cualquier otro lugar de la casa. Es una ocasión para despedir a esos calcetines solitarios que han perdido su compañero y esperan encontrar a su media mitad. No obstante, existe un santo al que se lo relaciona con esta festividad.
Esta curiosa celebración, que se lleva a cabo cada 9 de mayo, invita a todos a reflexionar sobre la importancia de mantener el orden en nuestro guardarropa y a no subestimar el valor de esas pequeñas prendas que nos acompañan a diario.
Porque, aunque parezca una simple pieza de tela, las medias perdidas pueden representar mucho más: puede simbolizar la pérdida de la unión, la separación o incluso la búsqueda incansable de la felicidad en pareja.
La relación con San Antonio de Padua, el santo de los objetos perdidos
Cada 13 de junio se celebra el Día de San Antonio de Padua, un predicador y teólogo portugués del siglo XIII que es conocido como el "Santo de los objetos perdidos" debido a que suele ser invocado para encontrarlos. Y de ahí su relación con las medias perdidas.
San Antonio de Padua es uno de los santos católicos más populares en el mundo entero, cuya historia se remonta al año 1195. Desde temprana edad, se consagró a la Santísima Virgen y en 1221 fue aceptado en la orden de los franciscanos. Su fama era tal que se le asignó un grupo de hombres para protegerlo después de sus sermones, ya que la gente quería estar siempre cerca de él, llegando incluso a arrancarle trozos de ropa.
La devoción a San Antonio de Padua como patrono para encontrar objetos perdidos se basa en una historia en la que un religioso huyó de un convento con un libro del santo. Ante esto, oró para recuperar su preciado objeto y milagrosamente el religioso apareció para devolverlo.
Además, se dice que durante una oración, el niño Jesús se le apareció a San Antonio y lo sostuvo en sus brazos por un momento, razón por la que en los cuadros siempre se le representa sosteniéndolo.
