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Coaching ontológico

Navegando las Olas del Desarrollo, día 11: terminando el viaje

La alegría tiene eso, la mezcla entre risas y llanto.

¡El crucero llega a su fin! Nos invade algo de tristeza y a la vez la satisfacción de lo vivido, fue un viaje impresionante, con muchas experiencias y grandes aprendizajes, que perdurarán en la memoria y nos servirán para el futuro.

Hoy, última noche en el barco, lo vamos a disfrutar a lo grande, se prepara una gran fiesta donde todos somos parte, como en todos los eventos que hemos tenido, participamos en la organización, la tripulación y los pasajeros, somos un solo equipo, yo lo aprovecho en todo momento, me involucro cuando tengo oportunidad y eso me gusta.

De eso se trata, hacer lo que nos gusta, siempre, en los grupos en los que participamos y en la vida también.

A lo largo de mi existencia, muchas veces me dijeron qué hacer, qué estudiar, cómo hablar, cómo moverme, y eso está bien, cuando somos pequeños, nuestros padres nos enseñan, los maestros también, es una gran riqueza tener personas que nos guíen y nos ayuden, pero es importante que nos enseñen también a decidir, llega un momento en el cual estamos solos, con muchos caminos por recorrer, oportunidades para tomar y desafíos que enfrentar. 

¡Llega ahí el momento de elegir!

No es una tarea fácil, aunque no imposible y que debemos tener en cuenta permanente para ser personas plenas, felices, agradecidas, sin miedos y con deseos de ayudar a otros.

Este recorrido fue una gran elección para mí, donde tuve que dejar algunas cosas de lado, donde tuve que hacer un balance entre lo postergado y lo logrado. Y hoy estoy viviendo este logro, finalizar el viaje, conocí gente de distintos lugares, admiré paisajes inolvidables, algunas cosas que no entendí, me pasó compartir con personas que hablaban otro idioma, pero apareció el idioma universal de la sonrisa, el gesto, el acompañamiento, el brindis, la mirada y descubrí el valor de la nueva amistad, podemos cultivar esos momentos a pesar de las diferencias y las distancias.

Esta noche tenemos cena, baile, show, palabras, copas que se chocarán, abrazos que nos unirán, textos que seguirán en los teléfonos y nos darán la posibilidad seguir conectados.

Ya me estoy preparando, cuando los arreglos finalicen, llega la diversión y la emoción. Estoy dispuesto a derramar alguna lágrima, por qué no? La alegría tiene eso, la mezcla entre risas y llanto. Veo mucho movimiento, algunos aromas que vienen de la cocina, música de prueba desde el salón, instrumentos que prueban melodías, manteles blancos que se ondulan sobre las mesas, sillas que se corren, luces de colores que parpadean, flashes de las primeras fotos, colores en la decoración.    

Algunas habitaciones muy silenciosas, otras ruidosas, niños que corren. Afuera, algunas gotas de lluvia que refrescan la noche y no molestan, dan un toque de brillo en el mar, en el cielo se dibujan algunas nubes entre las estrellas.

¡Qué bonito que se ve todo!

Luego te cuento cómo termina la noche.

Como siempre te digo si necesitás acompañamiento, buscá un coach ontológico para que logres todo lo que deseas.    

Este es el directorio.  

https://www.aacop.org.ar/coachesinternacionales/buscador

A mi coach la encontrás en sus redes, Fecebook: Alicia Macias, Instagram: alis.maci. 

Coach ontológico profesional, Aacop nro. 7231

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