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Para tener en cuenta

¿Qué es el FOMO? El síndrome que afecta a muchos usuarios de redes sociales

El denominado "Fear of missing out" tiene causas y consecuencias. ¿Por qué cada vez afecta a más jóvenes y adolescentes?

En el actual mundo hiperconectado, es casi rutina vivir la vida frente o mediante una pantalla. La globalización y la instantaneidad de las redes sociales hacen que la gente se sienta siempre "en línea" y cuando no lo está sienta que se pierde algo. Especialmente en los jóvenes, este sentimiento puede resultar abrumador y repercutir negativamente en su salud mental.

¿Cuántas veces accediste a participar de un plan aunque no tengas ganas sólo para no "perdértelo"? ¿Cuántas veces te sentiste mal al abrir Instagram y darte cuenta que todos tus conocidos están haciendo planes y vos estás encerrado en tu casa un viernes por la noche?

Este sentimiento de ansiedad y malestar es conocido como "Fear of missing out", FOMO por sus siglas en inglés. En español significa "miedo o temor a perderse algo", y es lo que suelen experimentar muchos jóvenes y adolescentes cuando, por distintas razones, sienten que quedaron "afuera" de un plan o evento social.

FOMO: qué es y a quiénes afecta.

El FOMO ("Fear of missing out" o "miedo a perderse de algo" en español) es un tipo de ansiedad social que afecta mayormente a jóvenes adultos y adolescentes. No es casualidad que este grupo etario sea el que mayor tiempo pase inmersos en las redes sociales. En ese sentido, diversos especialistas afirman que cuanto mayor tiempo se pase en las redes sociales, más posibilidades hay para que este tipo de ansiedad se desarrolle.

Según un artículo de la National Library of Medicine de Estados Unidos, el FOMO es una forma de apego problemático a las redes sociales. Implica dos procesos: primero, la sensación de estar perdiéndose de algo (como un plan, un evento social, cualquier experiencia), y a continuación se desarrolla un comportamiento compulsivo por mantener esas conexiones sociales, mediante las redes.

Entonces, el FOMO lleva a un uso casi obsesivo de las redes sociales, generando la necesidad de saber qué está haciendo el resto y establecer una comparación constante.

Cualquier usuario promedio fácilmente podrá notar las reglas "implícitas" del mundo virtual. Estas exigencias no escritas pueden ser las causantes del sentimiento de malestar antes mencionado.

Las reglas de las redes sociales y el FOMO

En Instagram, donde la imagen le ganó la pulseada a la palabra, hay una imposición constante: siempre hay que estar mostrando qué se hace y con quién. Además, el material audiovisual que se comparte en esta red social debe cumplir con un "criterio estético", también establecido de manera "invisible".

¿Qué estás comiendo? ¿Qué planes hiciste este fin de semana? ¿Te juntaste con tus amigos? Instagram quiere respuestas a todas esas preguntas. En esta realidad, la mera existencia se transforma en un acto cuasi performático: "Primero aparezco (en las redes sociales) y luego existo".

Entonces, frente a todas esas "obligaciones" sociales, si un fin de semana no se tienen planes o simplemente alguien se queda en su casa, es fácil que aparezca ese sentimiento de ansiedad. La exposición constante del yo y el bombardeo persistente de información del otro que imponen las redes sociales termina resultando terreno fértil para el FOMO.

Cuáles son los síntomas del FOMO

Según el artículo de la National Library of Medicine de Estados Unidos citado anteriormente, estos son algunos de los síntomas generados por el FOMO:

Ansiedad social y falta de control emocional.
Falta de sueño.
Tensión emocional.
Efectos negativos en el bienestar físico.

El FOMO como estrategia de marketing

El "miedo a perderse algo" no se limita solo a los eventos sociales, sino que este temor también puede extenderse a la compra de productos. Muchas veces el FOMO es utilizado por las empresas como parte de la estrategia de marketing, jugando con esta ansiedad en orden de aumentar las ventas.

En ese sentido, muchas veces se busca instalar determinados productos en el mercado como una "experiencia digna de ser compartida en las redes sociales". Por ejemplo, que una cena en un restaurante sea tan "estética" que sea merecedora de convertirse en un posteo de Instagram.

Otra forma de usar el FOMO en el marketing es crear urgencia en los consumidores. Por ejemplo, cuando una tienda de ropa anuncia mediante sus redes sociales el lanzamiento de una cápsula de edición limitada, haciendo hincapié en que hay pocas prendas en stock. Esto puede activar el impulso de comprar en el usuario, solo por el simple hecho de no "perderse" la oportunidad.

Además, con el ya instalado sistema de influencers, es fácil que un producto se vuelva viral y "extender" así el FOMO: ¿si ellos lo tienen por qué yo no? En ese momento vuelve a aparecer el sentimiento de "quedarse afuera".

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