Salud recomienda a las embarazadas colocarse la vacuna contra el Virus Sincitial Respiratorio

El Ministerio de Salud recomienda a las embarazadas que se encuentran entre la semana 32 a la 36 semana de gestación que se vacunen contra el Virus Sincitial Respiratorio, causantes de bronquiolitis y neumonía en los niños menores de edad.

Las Infecciones Respiratorias Agudas Bajas (IRAB) son la principal causa de muerte en los menores de 5 años. Siendo el Virus Sincitial Respiratorio VSR el mayor responsable de las mismas, causando a nivel mundial:

• 33 millones de casos por año
• 6 millones de hospitalizaciones por año
• 000 muertes

Tiene como objetivo prevenir todas las formas de enfermedad del tracto respiratorio inferior causadas por el virus sincitial respiratorio (VSR) en niños y niñas desde el nacimiento hasta los 6 meses de edad mediante la vacunación de las personas gestantes.

Las embarazadas transfieren anticuerpos a través de la placenta y luego a través de la lactancia a la persona recién nacida protegiéndola durante los primeros 6 meses de vida contra la bronquiolitis y la neumonía ocasionada por el VSR.

El VSR es un virus estacional, que presenta una temporada de circulación desde el mes de Abril hasta Agosto, por esta razón se estableció que la vacunación contra VSR se aplicará un mes previo a la temporada de mayor circulación, comienza el 01 de Marzo y finaliza el 31 de Julio. Consta de una única dosis, indicada en Embarazadas de 32-36 semanas de gestación. Pudiendo administrarse concomitante o independientemente del intervalo de las otras vacunas indicadas en el embarazo (antigripal, COVID, triple bacteriana acelular).

Es una vacuna que se esperaba hace años en el mundo científico y en los sistemas de salud, cuenta con atributos de calidad, eficacia y seguridad. Es una oportunidad única de modificar la historia de la salud en lo que se refiere a afecciones respiratorias en pediatría a corto plazo.

Este virus produce la mayor tasa de hospitalización por infecciones respiratorias en menores de 1 año, la mayoría en pacientes sin comorbilidades, además de una sobrecarga y saturación en los servicios pediátricos.