Plan de dominación mundial y desarrollo tecnológico : uno de los debates que encierra la puja distributiva

La necesidad de continuar con restricciones y distanciamiento social, para proteger la vida de los grupos poblacionales con factores de riesgo, frente al embate del COVID19; hace que la tecnología de comunicaciones tome un rol preponderante, donde la virtualidad es central para continuar las tareas laborales y educativas especialmente.Ahora bien, el acceso a tecnología y conectividad deja traslucir problemáticas no solamente actuales sino históricas, prácticamente crónicas y que responden a la configuración de un mundo desigual.Mucho se ha escrito y hablado sobre el desarrollo tardío tecnológico que experimenta América Latina. La ola globalizadora debía traernos avances sustanciales, algunos estadistas se referían a ello como "subirse al tren de desarrollo".Pero muy lejos estaba ese tren. Terminada la II Guerra Mundial, Latinoamérica reclamaba un resarcimiento económico similar al Plan Marshall europeo, pero la respuesta de la administración estadounidense fue que para nosotros lo único que podría existir es la doctrina Monroe que nos predestinaba a la sentencia "América para los americanos".Es claro entonces que el desarrollo independiente y soberano, no estaba planificado para nuestros pueblos. Para nosotros se destinaban los procesos culturales de penetración del pensamiento único y el saqueo de nuestros recursos. Empresas multinacionales millonarias de telecomunicaciones empezarían su trabajo en nuestra región; y la implantación del neoliberalismo a través de las democracias instrumentales a partir de los años 90"s, serían centrales para ejecutar el modelo expoliador y excluyente.En nuestro país este modelo neoliberal colapsa en el 2001, y es a partir del 2003 con la Presidencia de Néstor Kirchner que se da paso a un proyecto político de redistribución del ingreso que prioriza y fortalece las políticas vinculadas a la Ciencia y la Técnica; proceso que profundiza la Presidenta Cristina Fernández a partir del año 2007.Así el fortalecimiento de los Institutos de Investigaciones Científicos y Tecnológicos, y la socialización del conocimiento en especial en cuanto informática llego con el Plan Conectar Igualdad, que entregó millones de netbooks a niñxs, jóvenes y docentes.Programa que entre el 2015 y el 2019 fue desbaratado por la llegada de la gestión Macrista. Y entonces llegó la pandemia, y muchos de nosotros no estábamos preparados. Se habla dela brecha digital, de la desigualdad en el acceso a conectividad, se amplía el debate entre virtualidad y presencialidad; y el pico de contagios y muertes por COVID19 empuja a tomar lamentablemente, la sabia decisión de la virtualidad.Porque hay sectores a los que aún no les llega la revolución tecnológica y me refiero a las comunidades rurales y fronterizas, a nuestros pueblos originarios, villas de emergencia, barrios vulnerables que a lo largo y ancho del país reclaman su igualdad de derechos en educación y trabajo.Ante esta situación el Presidente Alberto Fernández declara la telefonía y la internet como servicio público y con esto la posibilidad de disminuir la brecha digital y colaborando a la igualdad de oportunidades.Pero a través de un fallo de la corte suprema esta medida queda sin efecto, vemos como otra vez los golpes de la derecha conservadora usan la vía judicial que es absolutamente imparcial e irónicamente "injusta".Claramente la puja distributiva se da no sólo en las cuestiones de los alimentos, sino también en el acceso a la información, a la educación, y en general a todo aquello que genere igualdad de oportunidades.
Queda en evidencia la vigencia de ese plan mundial post II Guerra Mundial que a través de sus personeros (mega empresas de telecomunicaciones y fuerzas politizadas internas) intentan seguir dominándonos. En este contexto, es necesario apoyar a un Gobierno Nacional que resiste a los golpes de una oligarquía conservadora que día a día pierde su humanidad.