El engaño del nuevo mundo y la re-edición del hegemón.
El mundo desde que comenzaron los confinamientos, se debate en el inicio de una nueva era. Todo lo que se vio y se verá tendrá un impacto de grandes dimensiones.Se vislumbra la aparente sensación de una nueva humanidad, de un nuevo orden.Sin embargo el sistema internacional engaña con su discutible anarquía y no hace mas que re-editar la mentada hegemonía de la alianza occidental capitalista.
Los organismos internacionales siguen anquilosados sin reacción en su papel de legitimadores de la superestructura, sin ir más lejos el FMI aparece nuevamente como ese sheriff dispuesto a aplicar la ley sea cual sea la coartada.
Y la dominación se intensifica a través de guerras religiosas, de la competencia comercial, de la carrera armamentista que nunca cesó, de los medios de comunicación que sostienen al hegemón y recrudecen los conflictos norte – sur. La pandemia lejos de alcanzar el cielo, se convirtió en un infierno agudizando las viejas tensiones. En palabras del Presidente argentino "los países de renta media se parecen más a los países pobres".
Las deudas externas asfixian, encarnizan la histórica puja distributiva interna y amenazan seriamente el desarrollo presente y futuro de los pueblos. Se crece sólo para pagar y cabe preguntarse hasta dónde esa deuda externa es legal y legítima.
En este contexto América Latina sufre los embates de la anti-politica de la derecha recalcitrante: Argentina produce vacunas a granel mientras los commodities de la carne realizan un lockout, Chile busca refundar su base constitucional tratando de desterrar los resabios de la dictadura de Pinochet, Brasil lucha con su lema Fora Bolsonaro oponiéndose al negacionismo hacia un virus que mata miles de personas diarias, Colombia lamenta más de 70 líderes sociales y políticos asesinados víctimas del desgobierno de Ivan Duque, Perú vislumbra un gobierno popular y Bolivia sigue retomando su proceso democrático.
Con esto es necesario dejar de hablar de un nuevo mundo, sino de entender cuales son las opciones y las luchas a librar que realmente nos definen como países independientes y soberanos. De lo contrario, como región estaremos dando los últimos gritos ante un sistema injusto y explotador que desde hace siglos nos viene carcomiendo.
