"Navegando las Olas del Desarrollo", día 15: volviendo al trabajo

Hoy estoy regresando a la rutina presencial, me reincorporo al trabajo. Tengo la ventaja de estar en una empresa que me permite desempeñar mis labores en forma virtual también, mientras viajo, es un beneficio muy importante que valoro mucho, me da la posibilidad de hacer algo que me gusta como son los viajes y ganar el dinero para hacerlos. Esta actividad laboral me gusta, me hace sentir útil, me mantiene activo y me da recursos. A pesar de ello, cuando estoy en San Juan, voy a la oficina, me encuentro con mi jefe y compañeros, comparto momentos con ellos, me actualizo de lo ocurrido en mi ausencia, me cargo de energías.

El encuentro tiene algo distinto, que no poseo a la distancia. La virtualidad trajo grandes ventajas, pero la presencialidad sigue siendo única, la posibilidad de mirar a los ojos a las personas en forma cercana, más amistosa, compartir el desayuno y las tareas, estar allí. El reencuentro tiene magia, es algo inexplicable, el abrazo o el apretón de manos te conecta, es cierto que, además, pueden surgir discusiones, nos solo son días bonitos, es parte de lo que somos, una mezcla de emociones, conversaciones y experiencias. La cercanía crea el sentido de comunidad y colaboración directa, mejora el entorno social y la resolución rápida de las situaciones que se presentan, tiene un dinamismo que gratifica y enriquece. Cuando estoy con el equipo, coordinamos acciones, diseñamos y planificamos el rumbo de los negocios futuros, iniciamos proyectos y concretamos ideas que se transforman en acciones.

Trabajar con un colaborador, estar a la par, disfrutando el proceso, nos lleva a alcanzar los logros preestablecidos, es fundamentar una clara comunicación, con roles definidos, permitiendo que cada uno desarrolle sus habilidades, manteniendo siempre la colaboración y el respeto mutuo. A veces suelo ser muy silencioso y concentrado, creo que es lo que aprendí desde la virtualidad, cada día es un aprendizaje nuevo, de cada persona aprendo cosas distintas, de cada situación alimento mi espíritu y mi cerebro. 

Estoy aquí, luego de tanto recorrido, ahora en la tranquilidad de mi provincia, cuando termina el día de trabajo, me tomo un tiempo para caminar volviendo a casa, mirando cada calle, contando la variedad de árboles. ¿Lo hiciste alguna vez? Te sorprenderías. Alguna vez, pensé que teníamos pocas variedades pero noooo .. en mi camino encontré hojas de distintos colores y formas, algunos muy altos, otros no tanto. En mi recorrido percibí aromas, fragancias, que me armonizan y calman los agobios del día .. me llené de tierra también .. jaja .. alguna vez me tocó caminar con viento Zonda, es parte de la naturaleza.  Cuando estuve en otras ciudades, tuve muchas caminatas bajo la lluvia, las recuerdo con cariño, aquí, con nuestro clima seco, eso no pasa. Pienso en el momento de llegar a casa, me espera mi gato, ¿Me habrá extrañado? Seguro que sí, es un mañoso tremendo y yo disfruto en darle mañas, llevarle su alimento favorito, acariciarlo al llegar, somos un gran equipo, al igual que en la oficina.

¿Estás concretando tus deseos? ¿Te animás a soñar?  

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Coach ontológico profesional, Aacop nro. 7231

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