¿Qué pasa si reduces el consumo de sal en tu dieta?
Disminuir la ingesta de sodio a niveles recomendados tendría un gran impacto en la salud pública, previniendo enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares

El consumo de sal ha sido objeto de creciente preocupación en la salud pública debido a sus efectos adversos cuando se ingiere en exceso. La sal, siendo una fuente principal de sodio, juega un rol fundamental en la regulación de fluidos y la función muscular y nerviosa. Sin embargo, el consumo excesivo se ha vinculado a una serie de problemas de salud graves, especialmente enfermedades cardiovasculares.
A pesar de sus beneficios indispensables, la ingesta diaria de sal en muchas regiones del mundo supera con creces las recomendaciones de los organismos de salud. Esta tendencia preocupa a los expertos, ya que el exceso de sodio puede llevar a la hipertensión arterial y una serie de complicaciones adicionales, incluyendo enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares. La reducción de sal en la dieta es una de las medidas más efectivas y costo-eficaces para mejorar la salud pública y reducir la mortalidad prematura.
Reducir el consumo de sal es necesario debido a que el exceso de sodio en la dieta incrementa la presión arterial, lo que a su vez causa aproximadamente el 30% de la prevalencia de hipertensión, según la OPS.
Esta condición contribuye al desarrollo de enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares, los cuales representan el 45% de las enfermedades no transmisibles.
Además, la hipertensión arterial es responsable de al menos el 40% de todas las enfermedades del corazón, siendo así un riesgo de salud crucial en regiones como las Américas, donde una gran proporción de la población adulta sufre de esta condición.