Una avalancha de basura dejó al menos 17 muertos y cientos de heridos en Uganda
La tragedia ocurrió en un basural ubicado en la ciudad de Kampala; las autoridades no descartan que el número de fallecidos suba.
Un accidente sin precedentes sorprendió a la capital ugandesa el pasado viernes cuando una avalancha de basura, acumulada durante años, se desató, desplazando varias viviendas y vehículos y resultando en la muerte de 17 personas. El siniestro ocurrió en Kiteezi, una extensa área de 14,5 hectáreas que ha sido el único depósito de residuos en uno de los cinco distritos de Kampala desde 1996. Según informes locales, la avalancha de desechos se desplazó varios kilómetros, arrastrando no solo propiedades sino también a personas.
El desastre tiene lugar en un contexto de intensas lluvias recientes en la ciudad, que alberga a aproximadamente dos millones de habitantes. Estas lluvias podrían haber contribuido al colapso del basural, desencadenando la avalancha. La Policía local ha atribuido el evento a "fallos estructurales", los cuales no solo han causado la pérdida de vidas, sino que también han dejado a cientos de personas desplazadas y sin hogar.
Las operaciones de rescate continúan en la zona para asegurar que no queden personas atrapadas bajo la montaña de basura. La Kampala Capital City Authority (KCCA) está al frente del operativo, con la colaboración de la Policía de Uganda, los ministerios de Obras Públicas y Transporte, el Ministerio de Preparación para Desastres, la Cruz Roja y organizaciones civiles.
El presidente del país, Yoweri Museveni, publicó un mensaje en su cuenta oficial en la red social X, en el que pidió "explicaciones inmediatas" sobre las operaciones del relleno sanitario. Cuestionó la permisividad para que las personas vivan tan cerca de un depósito de residuos peligrosos y ordenó una revisión exhaustiva del caso. También hizo un llamado a la evacuación de las áreas de riesgo y a la recuperación de las víctimas aún sepultadas bajo los escombros.
Por otro lado, el Daily Monitor informó que Erias Lukwago, jefe de la autoridad municipal, ya había alertado en enero sobre los peligros de desbordamiento de residuos para aquellos que vivían y trabajaban cerca.
