La fruta que reduce el colesterol y ayuda a adelgazar
Conocida por sus múltiples variedades y su versatilidad en la cocina, es una excelente fuente de fibra, vitaminas y antioxidantes.
La manzana es una de las frutas más consumidas en el mundo y no es difícil entender por qué. Desde su versatilidad culinaria hasta sus múltiples beneficios para la salud, esta fruta ha sido un elemento esencial en la dieta de muchas culturas. Con un origen que se remonta a miles de años en Asia Central, la manzana ha sabido adaptarse y prosperar en diversos climas, lo que la convierte en una opción accesible y saludable para millones de personas alrededor del mundo.
La manzana contiene muchos beneficios que provocan las ganas de consumirla, de las cuales se puede ejemplificar como una fruta muy saludable. La vitamina C, la fibra soluble e insoluble presentes en esta fruta pueden reducir el riesgo de varias enfermedades. El jugo de las manzanas estimula la producción de saliva, neutralizando así las bacterias que generan placa y mejora la circulación en las encías. Las vitaminas A, B y C, junto con la procianidina B-2, son esenciales para mantener el cabello y el cuero cabelludo saludables y posiblemente para reducir la pérdida de cabello.
Además, el consumo diario de manzanas puede ser beneficioso para el sistema digestivo. Contienen tanto fibra soluble como insoluble, lo que ayuda a mejorar el tránsito intestinal, a tener una adecuada digestión de las grasas y a mantener el control del azúcar en sangre. Esta fruta también permite tener una sensación de saciedad, evitando posibles excesos a lo largo del día.
En el revestimiento de las paredes de los vasos sanguíneos, la fibra soluble y los esteroles vegetales trabajan para reducir los valores de colesterol, disminuyendo así la incidencia de enfermedades cardíacas. La pectina, una fibra presente en las manzanas, se une al colesterol en el tracto digestivo y lo expulsa del cuerpo, lo que refuerza este efecto positivo.
Por otro lado, en torno al corazón, la hipertensión es un problema de salud que contribuye a los riesgos de sufrir accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos, según expertos internacionales. Un reciente análisis financiado por la Academia de Nutrición y Dietética de Estados Unidos evaluó datos de 157 ensayos controlados aleatorios y 15 estudios de cohortes y descubrieron una relación entre la ingesta de flavonoles y una reducción en la presión arterial.
Estos hallazgos destacan la importancia de los flavonoles, compuestos presentes en diversos alimentos como el cacao, las manzanas y el té. Los flavonoles son conocidos por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, lo que podría explicar su efecto positivo en la presión arterial.
En cuanto a la dieta saludable para el control de la hipertensión, los resultados apuntan a la efectividad de incluir antioxidantes de fuentes naturales. Las cáscaras de manzana, por ejemplo, contienen compuestos que facilitan el flujo sanguíneo, sostienen estudios adicionales.
Investigaciones previas ya habían indicado los beneficios de una alimentación rica en frutas, verduras y alimentos con alto contenido de compuestos antioxidantes para mantener una presión arterial dentro de rangos saludables. La nueva revisión extiende este conocimiento específico sobre los flavonoles, brindando un enfoque más detallado y basado en evidencia para la prevención y manejo de la hipertensión.
El consumo de manzanas está asociado con una mejora de la circulación sanguínea en las encías, aspecto crucial para mantenerlas sanas y prevenir enfermedades periodontales. Además, la producción incrementada de saliva, un efecto notable de comer manzanas, actúa como un mecanismo natural de limpieza que contribuye a minimizar la formación de bacterias en la cavidad oral.
El papel de las manzanas va más allá de ser un alimento nutritivo; sus beneficios incluyen la protección de los dientes contra las bacterias y el mantenimiento de un ambiente oral equilibrado. Este es un ejemplo de cómo ciertos alimentos pueden desempeñar roles específicos en la promoción de la salud general, particularmente en aspectos tan vitales como la higiene bucal.