Día de todos los Santos: por qué se celebra cada 1 de noviembre
La fecha conmemora a las personas que fueron canonizadas y los mártires por Cristo; se celebra entre Halloween y el Día de los Muertos.
El Día de Todos los Santos se conmemora cada 1° de noviembre, entre las festividades de Halloween y el Día de los Muertos. Esta fecha celebran a aquellas figuras que fueron canonizadas a lo largo de la historia, y también las que no lo fueron, pero hicieron obras meritorias y se considera que están en el Paraíso.
Se celebra después de Noche de Brujas, una fiesta laica, pero el Día de Todos los Santos se encuentra amparado por el catolicismo. Asimismo, se celebra en las vísperas del Día de Todos los Fieles Difuntos, también conocido como Día de los Muertos, lo que puede resultar confuso. Sin embargo, esta última se centra en aquellas almas que ya no se encuentran en este plano, para que puedan alcanzar la plenitud.
En la antigüedad, la Iglesia Católica acostumbraba realizar un homenaje a los mártires, durante el aniversario de su muerte y en el lugar del hecho. Durante la persecución de Diocleciano de 303, las cifras aumentaron rápidamente, lo que imposibilitaba llevar a cabo los tributos. De esta manera, la Iglesia decidió dedicar un día al año en su honor.
Durante los siglos VIII y IX, esta iniciativa comenzó a popularizarse por toda Europa. Sin embargo, no fue hasta que el Papa Gregorio III, quien ocupó su mandato desde 731 a 741, quien decidió designar un día a esta celebración. Fue así, que en la capilla de San Pedro, en Roma, proclamó el 1° de noviembre cómo el Día de Todos los Santos.
El sumo pontífice había enviado a construir una capilla dedicada a "las reliquias de los Santos Apóstoles y de todos los santos mártires y confesores, y de todos los justos hechos perfectos que descansan en paz en todo el mundo". Con el motivo de acompañar esta nueva incorporación de la iglesia católica, esta festividad era la oportunidad para que los fieles se acercaran a la iglesia y rinde tributo a todos ellos santos no proclamados.
Hacia el año 837, el papa Gregorio IV designó clasificar esta fecha bajo la observancia oficial del Día de Todos los Santos, lo que ayudó a que alcanzara mayor popularidad y con el paso de los siglos reconocimiento mundial.