Cuáles son los efectos de la ludopatía en el cerebro de los adolescentes
Especialistas alertan sobre los riesgos y consecuencias de un fenómeno que crece y que puede derivar en trastornos graves, más aún entre los menores de edad, quienes están en una etapa de desarrollo cognitivo y emocional.
El acceso a las apuestas online aumentó considerablemente entre los adolescentes, lo que despierta preocupaciones sobre sus efectos en la salud mental. Tanto, que en Argentina, la Cámara de Diputados dio ayer media sanción a un proyecto para prevenir la ludopatía y regular el juego on line. Este fenómeno, acelerado por la pandemia y la expansión de plataformas digitales, tiene un impacto profundo en el bienestar emocional de los jóvenes.
Las estadísticas y estudios recientes, como uno publicado en The Lancet Public Health, sugieren que el fenómeno de la adicción al juego afecta no solo a los adultos, sino también cada vez más a los adolescentes, quienes, debido a su mayor vulnerabilidad, pueden desarrollar problemas graves de salud mental.
El cerebro de los adolescentes está en pleno desarrollo y es más susceptible a los estímulos inmediatos y gratificantes, como los que se experimentan durante el juego. Así lo advirtió a Infobae la médica pediatra Silvina Pedrouzo (MN 86.397), especialista en usos y efectos de las tecnologías de información y comunicación en niños y adolescentes y presidente de la Subcomisión de Tecnologías de Información y Comunicación (TICs) de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
Esto aumenta el riesgo de desarrollar adicciones y trastornos psicológicos, como la ansiedad y la depresión. La experta señaló que este tipo de comportamiento puede ser comparado con el abuso de sustancias, ya que ambos afectan al sistema de recompensas del cerebro de manera similar.
El fenómeno de las apuestas online entre los adolescentes
El auge de las apuestas online no es un fenómeno aislado, pero ganó una nueva dimensión en los últimos años, especialmente entre los adolescentes. Durante la pandemia de COVID-19, muchos jóvenes se vieron atraídos por estas plataformas como una forma de entretenimiento y escape.
Según los expertos, el confinamiento y el aislamiento social contribuyeron a una mayor exposición a las apuestas online, especialmente entre los adolescentes que ya tenían acceso a smartphones y a internet.
Los autores del estudio antes mencionado destacaron que el impacto de los juegos de azar es especialmente alto en grupos vulnerables, como las personas desfavorecidas socialmente y "los niños y adolescentes expuestos de forma rutinaria a la publicidad de productos de juego".
En ese sentido, el estudio "Apostar no es un juego" realizado a nivel local investigó la penetración de las apuestas en línea entre adolescentes y jóvenes de Argentina, y reveló que tres de cada cuatro jóvenes que apuestan dedican hasta dos horas diarias a esta actividad, mientras que un 13% pasa más de cuatro horas por día en plataformas de apuestas en línea.
En este contexto, para Pedrouzo, "los niños y jóvenes a partir de los 14 años normalizaron y adoptaron estas prácticas a través de la imitación de sus amigos, de los influencers y de las figuras del fútbol que las promueven, lo que les permite acceder a estos nuevos consumos, ya sea para no sentirse excluidos, para encajar en el grupo y obtener un sentido de pertenencia, o por la búsqueda de reconocimiento".
Esta normalización, junto con la facilidad para acceder a las plataformas y la falta de control por parte de los adultos, ha resultado en un incremento del número de adolescentes que se aventuran en el mundo del juego online sin ser conscientes de los peligros que conlleva.
Consecuencias de la ludopatía en la salud mental
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que el 5% de la población mundial sufre algún tipo de trastorno relacionado con el juego. Sin embargo, este porcentaje aumenta considerablemente entre los adolescentes, especialmente en aquellos que tienen fácil acceso a plataformas de apuestas online.
Los estudios indican que los adolescentes son particularmente vulnerables a la adicción debido a su desarrollo cognitivo y emocional. Según lo recabado en el informe "Apostar no es un juego", el 75% de los jóvenes encuestados consideró que las apuestas en línea pueden convertirse en una adicción, y el 70% reconoció que esta práctica tiene efectos negativos en la juventud.
Las consecuencias psicológicas de la ludopatía son graves y tienen un impacto directo en el bienestar emocional de los adolescentes. Según Pedrouzo, la ansiedad y la depresión son las afecciones más comunes entre los jóvenes que desarrollan adicciones al juego. Además, los adolescentes con trastornos relacionados con las apuestas suelen experimentar una disminución de la autoestima y un sentimiento de desesperación. "El adolescente siente que no tiene control sobre su vida, lo que puede llevarle a una espiral de aislamiento social y deterioro de su rendimiento académico", apuntó la experta.
En opinión del médico psiquiatra y neurólogo Enrique De Rosa Alabaster (MN 63406), los adolescentes experimentan un crecimiento desmesurado en sus niveles de dopamina, lo que provoca que busquen constantemente gratificación inmediata. "Esto les hace especialmente susceptibles a las dinámicas de las apuestas, donde pueden obtener recompensas rápidas y, en algunos casos, sostener una falsa sensación de control sobre el azar", detalló el experto.
Para Walter Martello, director del Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo bonaerense, "estas apuestas activan en el cerebro las mismas áreas que las sustancias psicoactivas, creando una dependencia mental similar". Y tras destacar que históricamente, los jugadores patológicos eran mayoritariamente adultos mayores de 45 años que apostaban en lugares físicos, señaló que "hoy en día, la modalidad de juego virtual cambió el perfil del jugador hacia jóvenes de 15 a 35 años, muchos de ellos estudiantes secundarios o universitarios, que pasan largas horas en plataformas online".
Asimismo, Sonia Almada, licenciada en psicología de la Universidad de Buenos Aires, magíster Internacional en Derechos Humanos para la mujer y el niño, violencia de género e intrafamiliar (UNESCO), explicó a este medio que "la adicción al juego entre los adolescentes se relaciona con otras conductas de alto riesgo, como el tabaquismo, el consumo de alcohol o drogas, y se asocia a niveles más altos de ansiedad, depresión, impulsividad, propensión al riesgo y desinhibición".
"Estos adolescentes muestran más dificultades en su rendimiento académico y más problemas de conducta, así como mayor tendencia hacia comportamientos por fuera del marco de la ley tanto familiar como social -ahondó la especialista-. La mayoría de los adolescentes no son conscientes de que tienen un problema de juego y suelen percibir los riesgos asociados como algo que podría suceder en el futuro, pero no de forma inmediata y que podrán detenerse cuando quieran".
Sin embargo, los alcances de esta problemática van más allá de la propia persona que sufre el problema, ya que según los expertos, el impacto en el entorno social y familiar también es significativo.
Los adolescentes pueden empezar a mentir para ocultar sus hábitos de juego, lo que genera desconfianza y conflictos familiares. En algunos casos, los jóvenes recurren al robo o a la falsificación de documentos para poder seguir apostando, lo que puede llevar a graves problemas económicos y sociales, advirtieron.
Indicadores y señales de alerta de ludopatía
Los signos de alerta que pueden indicar que un adolescente está involucrado en apuestas online y está desarrollando una adicción son diversos. De acuerdo con De Rosa Alabaster, los padres deben estar atentos a cambios notables en el comportamiento de sus hijos, tales como aislamiento social, irritabilidad y una preocupación constante por el dinero.
Además, un aumento en el tiempo dedicado a los dispositivos electrónicos y el uso excesivo de internet pueden ser indicativos de que el joven está dedicando más tiempo a las apuestas que a sus actividades habituales.
En el ámbito académico, las dificultades de concentración y el bajo rendimiento son señales claras de que el juego podría estar interfiriendo en la vida del adolescente.
También es importante prestar atención a la desaparición de dinero en casa o a la solicitud de grandes sumas de dinero sin una justificación clara, lo que puede ser una señal de que el joven está usando esos fondos para apostar.