Día Internacional de Lego: de la carpintería a la revolución del plástico
Es una fecha que honra a los famosos bloques de construcción que han sido una parte esencial de la infancia de millones de personas en todo el mundo.
Cada 28 de enero se celebra el Día Internacional de Lego, una fecha que honra a los famosos bloques de construcción que han sido una parte esencial de la infancia de millones de personas en todo el mundo. Desde castillos medievales hasta naves espaciales futuristas, las piezas de Lego han sido la herramienta que ha permitido a niños y adultos crear mundos completos y llevar sus imaginaciones a nuevas alturas. Pero ¿por qué celebramos este día tan especial? ¿Cuál es la historia detrás de estos bloques que siguen siendo amados por generaciones?
¿Por qué se celebra el Día Internacional de Lego?
El Día Internacional de Lego se celebra en conmemoración del 28 de enero de 1958, cuando Ole Kirk Christiansen, el creador de Lego, presentó la patente de los bloques de plástico interconectables que transformaron para siempre el mundo de los juguetes. Este pequeño acto de innovación permitió que Lego se convirtiera en el gigante que es hoy en día, llevando a millones de personas a crear, aprender y soñar con sus productos.
La fascinante historia de Lego: de la carpintería a la revolución del plástico
La historia de Lego comienza a principios del siglo XX, en 1918, cuando un hombre llamado Ole Kirk Christiansen fundó una pequeña empresa de muebles en Dinamarca. Sin embargo, la llegada de la Gran Depresión en 1929 afectó gravemente la economía y, con ello, el negocio de los muebles. Fue en este momento de crisis cuando Christiansen vio una oportunidad de cambio: en lugar de continuar con los muebles, decidió reconvertir su empresa.
Su primer éxito llegó con los juguetes de madera, que fueron muy populares en su momento. Pero, a medida que la Segunda Guerra Mundial se desató, la escasez de madera obligó a Christiansen a cambiar una vez más. En 1940, adquirió una máquina moldeadora de inyección de plástico, lo que le permitió producir jarra.
Fue en 1949 cuando la empresa comenzó a experimentar con bloques de plástico interconectables, inspirada por los principios de la construcción. Estos bloques no solo ofrecían la posibilidad de crear figuras y estructuras, sino que también permitían a los niños desarrollar habilidades de resolución de problemas y creatividad. Sin embargo, el verdadero giro llegó en 1958, cuando Ole Kirk Christiansen patentó el diseño definitivo de los bloques Lego tal como los conocemos hoy: bloques con pequeños tubos en su interior que permiten que se encajen de forma perfecta y segura.