El Papa Francisco se recupera: de la neumonía al regreso a las actividades
Francisco sigue internado en el hospital de Roma desde el 14 de febrero, pero su salud muestra mejoría. Delicado, pero con buen ánimo, ¡y hasta reza!
Bueno, les cuento que el Papa Francisco está mejorando un poquito, che. Según el último parte médico del Vaticano, pasó una noche tranquila en el hospital Gemelli de Roma, donde lleva un par de semanitas internado, desde el 14 de febrero, para ser precisos.
El comunicado dice que el Sumo Pontífice está "estable y sin crisis respiratorias", por lo que parece que piensa en positivo. Al parecer, durante este Miércoles de Ceniza, estuvo haciendo un poco de terapia motora y hasta volvió a hacer unas actividades laborales. ¡No se frena!
La Santa Sede no se guarda datos importantes, así que cuenta que Francisco sigue con su tratamiento de oxigenoterapia y mientras tanto, por la noche vuelve a la ventilación mecánica no invasiva. Un vaivén, pero lo importante es que sigue ahí, firme.
El Papa suele despertarse alrededor de las 8, así que a los fieles no se les arrende la cabeza. Aunque hay que admitir que el cuadro es "complejo". Para que tengan una idea, este «abuelito» de 88 años fue internado por una bronquitis que, lamentablemente, desembocó en una neumonía bilateral. Ha pasado por algunas turbulencias, como dos recaídas que pusieron a todos en modo alerta: una crisis respiratoria y una trombocitopenia que exigió transfusión, más un empeoramiento brusco con vómitos que lo hizo pasarla mal durante unos días.
A pesar de todo, el Vaticano quiere que no entremos en pánico, ya que el Papa ha estado alternando entre orar y reposar, e incluso ¡recibió la Eucaristía! O sea, va mejorando, aunque el pronóstico sigue siendo "reservado", como si estuviéramos en un boliche a la espera de un amigo que nunca llega.
Hay mucha preocupación en todo el mundo, especialmente después de que el Papa contara que a los 21 años la neumonía casi lo manda al freezer. A este paso, solo nos queda esperar y cruzar los dedos porque no hay nada como un Francisco al frente dándonos esas bendiciones. Y si su corazón es fuerte, como dicen, ¡a ponerle garra!
