Con un tijeretazo, el gobierno cerró 11 programas clave para niños y adolescentes
La decisión del Ministerio de Capital Humano para cerrar programas de la Secretaría de la Niñez ha generado un revuelo entre especialistas y familias. ¿Qué pasará con los derechos de los más chicos?
El Ministerio de Capital Humano, conducido por la conocida Sandra Pettovello, decidió dar un tijeretazo y cerrar nada menos que 11 programas de la Secretaría de la Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF). ¡Sí, un bochón! Esta movida es parte de una reestructuración más amplia que afecta a varias áreas del gobierno.
Entre los que se van al tacho, encontramos al Programa Nacional de Derecho al Juego "Jugar", Primeros Años y un par más que son fundamentales como el Plan Nacional de Acción por los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes 2023-2026. Y no podemos dejar de mencionar el Programa de Acompañamiento para el Egreso de Adolescentes y Jóvenes sin Cuidados Parentales.
La resolución 149/2025 jugó un papel protagónico al eliminar el Programa de Promoción de Actividades Recreativas y Socio Comunitarias, que tenía como objetivo una grosada: garantizar el derecho al juego como política pública. ¿Y ahora qué les decimos a los gurises, que al fin y al cabo son los que importan?
Los que saben del tema no están nada contentos. Especialistas y organizaciones que defienden los derechos de la niñez están en pie de guerra. La SENAF había laburado un montón para construir políticas y estrategias que garantizaran esas actividades recreativas que son ley, porque el artículo 20 de la Ley N° 26.061 establece que el Estado tiene que garantizar el derecho de los chicos a jugar y recrearse.
Se oyen quejas por todos lados, porque esta decisión parece ir en contra de todo lo que se venía avanzando para proteger a las infancias. Estos programas no eran un lujo, ¡sino un necesario salvavidas dentro de un sistema más amplio para los derechos de los pibes!
Así que, como bien se dice por acá, en lugar de ayudar a los más chicos, están metiendo la pata y empujando todo hacia atrás. La Ley de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes tenía razón, los programas cerrados iban de la mano con todo lo que se supone que deben defender. ¡Una locura, che!
