De sodero a pornostar: lo echaron por tener sexo con sus clientas y ahora vende contenido erótico
De sodero a pornostar. Leandro -mantiene en reserva su apellido- entrena tres horas por día. Siempre por la mañana. Antes, se prepara un desayuno proteico y deja preparado el almuerzo para cuando regresa del gimnasio. Por las tardes se saca fotos desnudo, se filma mientras se masturba o tiene sexo y piensa qué material es el que va a compartir en las redes.
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"Siempre fui una persona que viví excitada, caliente, me pasaba mucho de intercambiar fotos con gente por Instagram. Era una práctica habitual en mi. Hasta que caí en la trampa de una falsa mujer: le mandé de todo pensando que era una señorita y resultó ser un hombre", relató.
La mañana siguiente a aquel episodio se encontró con su celular estallado de mensajes, propuestas y pedidos. En las fotos difundidas en Twitter, además de su pene, estaba su cara junto al nombre de su perfil en Instagram.
"Lo oculté durante mucho tiempo y lo blanqueé el último año. Tengo tres hermanas menores. Con la más grande somos hijos de los mismos padres; las otras dos son chicas y mi papá las tuvo con otra mujer. El problema es que vengo de una familia tradicional, y esto no está bien visto", contó.
El hombre de 28 años agregó: "La mujer que me crió tiene 78 años. Nunca le conté que brindo servicios sexuales. Sabe que vendo videos o contenido pornográficos, pero como de esas cuestiones no se puede hablar, prefiero no hacerlo".
Oriundo de La Tablada, Alejandro dedica sus días a mantener encuentros sexuales con hombres y mujeres. Comercializa contenido erótico en packs de fotos y videos y también trabaja como actor porno. Su destino -tal como él lo expresó- comenzó a escribirse cuando cumplió los 18, con la muerte de su papá.
Fue sodero durante seis años. "Me gustaba porque me servía para entrenar. Al principio en el depósito limpiando o acomodando. Después salí a la calle: primero como acompañante y después manejé mi propio camión", dijo.
"Ahora estoy dedicado a esto, a la pornografía, me siento más preparado que nunca. Hace poco grabé una escena para una película muy linda que va a salir. La verdad es que es un deseo que tengo: dedicarme al porno de manera profesional y tener una productora propia", contó Leandro.
En cuanto a la exposición por ser pornostar, asegura que no lo excita desnudarse ante las cámaras. "Hoy con lo que hago vivo tranquilo. No quiero hablar de dinero, pero vivo y puedo ahorrar. Le metí, me interioricé, trabajé y hoy puedo dedicarme a esto", contó.