Atentado a la Embajada de Israel, 30 años con la herida abierta
El ataque terrorista, que ocurrió el 17 de marzo de 1992 y dejó 22 muertos y 242 heridos, lleva 30 años de impunidad: la causa judicial sigue abierta y no hay detenidos ni juzgados.
Desde un comienzo, la investigación del atentado recayó sobre la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que tiene competencia en temas diplomáticos según la Constitución. El caso estuvo a cargo de Ricardo Levene, presidente del Máximo Tribunal en aquel entonces, quien recién cinco años más tarde delegó la causa en el secretario penal de la Corte, Esteban Canevari.
En 1999, Canevari les puso nombre y apellido a las víctimas fatales y estableció que los muertos fueron 22 y no 29, como se había difundido hasta ese momento. Y el 23 de diciembre de ese año, los jueces de la Corte afirmaron que el ataque contra la sede diplomática fue organizado y perpetrado por el grupo terrorista Jihad Islámica, brazo armado del Hezbollah, con una camioneta llena de explosivos.
La camioneta Ford F-100, conducida por un terrorista suicida y cargada con explosivos, estalló contra el frente del edificio de la Embajada de Israel y la sede del Consulado, en la calle Arroyo 910/916, a las 14.45 del martes 17 de marzo de 1992.
La propia Jihad Islámica se adjudicó el atentado y la Corte ordenó la captura internacional de Imad Mughniyah, responsable de la organización y encargado de la seguridad central y exterior del Hezbollah. Sin embargo, el pedido de detención se levantó al comprobarse que había sido asesinado en septiembre de 2008 en Damasco, Siria.
Otros nombres que surgieron en la causa fueron los de Samuel Salman El Reda y su hermano José Salman El Reda. Este último, registraba un antecedente de la Justicia en Rosario porque en 1992 había sido detenido y procesado por tener dólares falsos que podían estar vinculados a la financiación del terrorismo. Se libró una orden de captura internacional contra José Salman El Reda que nunca se concretó.
En 2001, apareció en la causa Hussein Mohamad Ibrahim Suleiman, un libanés de 31 años, miembro del Hezbollah, que a principios de 1992 recibió explosivos en Brasil que ingresó a la Argentina escondidos en cajas de alimentos. Esos explosivos fueron los que se utilizaron en el atentado.
En septiembre de 2015, la Corte Suprema logró reunir toda la documentación y, según se indicó en el Centro de Información Judicial (CIJ), "resolvió, con la firma de los jueces Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco, Carlos Fayt y Juan Carlos Maqueda, ordenar la captura internacional de Hussein Mohamad Ibrahim Suleiman y reiterar la correspondiente a José Salman El Reda".
En 2015, la por entonces presidenta Cristina Kirchner indicó que la Corte "nunca se expidió sobre el caso de la Embajada de Israel". Lorenzetti, presidente del Máximo Tribunal, respondió: "Hubo una sentencia de 1999 que determinó la materialidad y la imputabilidad del hecho. Se encontró culpable al grupo Hezbollah. Es cosa juzgada".
Sin embargo, la Corte Suprema debió aclarar mediante un comunicado que la causa seguía abierta, a pesar de que se hubiera comprobado cómo ocurrió el ataque y la responsabilidad penal de sus autores. Por eso, en la actualidad no hay detenidos ni juzgados.