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El restó de Capital que se convirtió en verdulería para no desaparecer

Rogger’s un restó y bar ubicado en Libertador y Roger Balet decidió dar un giro en su actividad para poder sobrevivir a la pandemia. "No queremos desaparecer",relató Adrián Yossa, uno de los encargados a Telesol Diario.

El negocio, antes de que comenzara la cuarentena, trabajaba desde las 19 hasta la madrugada del día siguiente. En el menú había lomos, pachatas, pizzas y también se podía tomar algún trago, en un punto que era visitado por cientos de sanjuaninos cuando la normalidad era otra.

"Estuvimos un mes cerrados, haciendo deliverys, desde el principio de todo esto, pero los ingresos no eran muchos. Por eso tuvimos que pensar otro modo de sobrellevar esta pandemia", explicó el propietario.

Rogger"s ya lleva cinco años en el mismo lugar de Desamparados y es producto de una sociedad pero, por primera vez, el impacto del coronavirus hizo tambalear su estabilidad y tuvieron que reinventarse.

Ahora, esa esquina que antes solía estar copada de gente los fines de semana, con sillas en la vereda y luces, ahora tiene una verdulería en la puerta. Cuando la verdulería apareció, muchos llamaban a Yossa para decirle que alguien les había instalado un negocio en la puerta. "Yo les decía: no me han puesto nada, somos nosotros los que hemos instalado la verdulería", relató.

"Mi esposa y yo estamos al frente del negocio. Tenemos 3 cocineros, 3 mozos, hay un encargado y un lavaplatos. ¿Qué hubiese sido mejor para mí? Cerrar todo y comenzar a pensar en qué podía invertir, pero no podíamos hacerlo y dejar a todos en la calle. Esta es mi única y principal fuente de ingresos. No podía hacerlo y ojalá que esto pase pronto",  explicó.

Así, a las 10 de la mañana abre la verdulería y los que antes eran mozos y cocineros venden en la puerta del negocio hasta las 20. A esa hora guardan los cajones y empiezan a cocinar para que Rogger"s pueda seguir con el delivery hasta las 23.

"Por suerte la gente ha tomado bien el tema de la verdulería y tenemos algo de clientela. Muchos se sorprenden al saber la decisión que hemos tomado, pero no nos queda otra. Con lo que ganamos pagamos sueldos, alquileres y proveedores. No hay ganancia, sólo se sobrevive. Quiero agradecer a quien nos alquila el salón y a los proveedores que comprendieron la difícil situación y nos esperaron hasta que pudiésemos recuperarnos un poco", concluyó el empresario.

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